El buscar trabajo es una etapa por la que todas pasamos en una o más oportunidades, nuestra imagen habla por nosotras todo el tiempo, ésta es una de ellas, cuando nos presentamos a otra persona, estamos transmitiendo un mensaje; más allá de las capacidades intelectuales o académicas que tengamos, la apariencia que tengamos, para bien o para mal, influye en la percepción y opinión que otros tengan de nuestra persona.
Las exigencias de hoy en día varían de acuerdo al ámbito laboral en el cual nos desempeñemos, cuando estamos buscando empleo debemos estar conscientes de que la persona que nos entrevista, está evaluándonos de forma integral, es decir, toma en cuenta tus habilidades intelectuales y tu lenguaje corporal; tu ropa, la forma en que la luces, tu cabello y el modo en el que lo arreglas son puntos focales en esta evaluación; si tu área de trabajo es la arqueología, es probable que necesites estar en locaciones abiertas y en condiciones más o menos rigurosas, si estás frente a tu posible empleador tienes que mantener una imagen que práctica y balanceada; si estás buscando un puesto en el área de atención al cliente tendrás que presentar una imagen amigable y balanceada que motive a las personas a interactuar contigo.
Cuando tenemos claro el concepto anterior comprendemos que nuestro cabello es un elemento importantísimo en éste proceso; sin embargo, eso no implica que tengas que encasillarte dentro de un estereotipo, la seguridad y armonía no tienen que estar reñidas con la estética y la belleza; el lograr un balance entre estos dos aspectos no es tan difícil como parece.
Un consejo importante es que no improvises con cambios de look a la hora de acudir a tu entrevista o en los días previos; si estás en un proceso que requiere tu atención completa como lo es buscar empleo, ocúpate de mantener una imagen que sepas que te favorece, no hay nada peor que vivir la pesadilla de un tinte mal aplicado o un corte que no nos quede bien. Entonces apuesta por lo seguro, ya sabes, si algo funciona bien, no lo cambies; si consideras que tienes que renovar tu imagen para emprender la búsqueda de trabajo, planéalo con un poco de anticipación y adapta tu nuevo look a lo que quieres conseguir.
Existen varias reglas generales que se aplican a todas las variantes de peinados cuando buscas empleo; una de ellas es que tu peinado debe estar en la línea con lo que buscas, para ambientes estructurados o de oficina puedes llevar el cabello suelto, si tienes una melena abundante, trata de controlar el volumen y mantenerlo fuera de tu cara, puedes llevar tu cabello con mucha naturalidad sin verte recargada, la espuma definirá ligeramente tus ondas o rizos y puedes usar un serum o loción para controlar el frizz.
Si te inclinas por el cabello recogido, las trenzas son una buena opción, tu pelo estará en orden y te verás arreglada, los peinados recogidos o deben ser ordenados sin caer en lo rígido o anticuado, los moños sueltos no son muy recomendables si lo que quieres es proyectar una imagen de orden y formalidad. Una opción válida son las colas de caballo, su elegancia y practicidad las hacen apropiadas para cualquier ocasión, escoge preferiblemente una que se lleve atada a la nuca; puedes envolver su base con tu cabello, o acentuarla con un lazo o cinta discreta.
Si tienes el pelo corto, bastará con que lo arregles como es habitual en tu día a día, mantenlo en su lugar con un poco de cera para que lo definas donde más lo necesites, y listo. El uso de accesorios no está descartado, los cintillos, y ganchos pueden llevarse con total confianza, siempre que no distraiga la atención de quien está frente a ti; en general, puedes llevar el complemento que desees, pero recuerda que toda tu imagen debe estar en armonía.
Finalmente, recuerda, que lo más importante es la confianza y seguridad que venga de ti, eso te abrirá las puertas en cualquier sitio.
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