Rinoplastia cerrada: Otra forma de operar la nariz

La rinoplastia es una intervención muy agradecida con la estética de nuestro rostro y es que podemos acabar con multitud de problemas y todo sin dejar cicatriz, esto se debe a la técnica conocida como rinoplastia cerrada.

Son muchas las personas que bien por un accidente o problemas de salud muy serios, necesitan someterse a esta intervención y según el caso, bien se optará por una rinoplastia abierta o bien por la técnica conocida como cerrada.

Con este método, podemos solucionar muchos de los problemas relacionados con la nariz, desde desviaciones de tabique, reducir la anchura de la nariz, o por ejemplo esa molesta giba (elevación que se ubica en mitad de la nariz) que hacen que su rostro sea un poco más antiestético.

El paciente que decida someterse a este tipo de intervención debe entender el funcionamiento de la misma y los resultados que se pueden obtener, si bien es cierto que para operaciones muy complicadas o segundas intervenciones se suele optar por una rinoplastia abierta, con la cerrada, logramos minimizar el impacto y se trabaja totalmente a través de los orificios nasales, de este modo el cirujano deben analizar nuestro caso, conocer nuestros objetivos y en base a ello, podrá optar por la técnica más adecuada.

Desarrollo de la intervención de rinoplastia cerrada:

Si finalmente nos decantamos por este tipo de cirugía, tendremos una buena noticia ya que el problema no será demasiado grave, y sobre todo, algo que los pacientes valoran mucho, es que no existirá cicatriz visible.

Se puede llevar a cabo la intervención con anestesia local y sedación, o general, ya que debemos analizar junto con el cirujano este tema, y en tal momento, mostrar nuestras preferencias, ya que hay gente que tiene miedo a la intervención y prefiere estar dormido, o viceversa, es decir que el miedo sea a la anestesia.

El cirujano comenzará a trabajar la zona aprovechando los orificios nasales tanto las incisiones necesarias, comocomo pulir cartílagos o hueso, se realizará a través de los mismos, de esta forma, el paciente no sufre posteriormente una cicatriz visible, y los resultados son muy satisfactorios.

Una vez que hemos tratado toda la zona, y tras los efectos de la anestesia, el paciente permanecerá un tiempo variable en la clínica, de forma que se observará la evolución de la intervención.

Recuperación y postoperatorio de la rinoplastia cerrada:

Si bien es cierto que la rinoplastia es una intervención quirúrgica y como tal merece el reconocimiento y seriedad propios de cualquier cirugía, la recuperación de esta intervención, y especialmente si se trata de la técnica cerrada, es bastante llevadera.

Es posible que según el grado de la intervención, se coloque una mascara en el entorno del tabique nasal para protegerlo durante los primeros días o semanas, y conservar la forma nueva, en caso de que esta haya sido la finalidad de la intervención.

Su cirujano le aconsejará dormir siempre con la cara hacia arriba, para que no se irrite la zona y poco a poco disminuyan y desaparezcan la hinchazón y los hematomas. Si estos se prolongasen demasiado en el tiempo, la mejor decisión que podemos tomar es ponernos en contacto con nuestro cirujano, que evalúe la situación y según el problema que sea, tratarlo convenientemente.

La reincorporación a la vida laboral, se producirá entorno a 3-5 días, y los resultados definitivos los podremos ver en su totalidad pasadas entre 4 y 6 semanas.

Diferencias entre la rinoplastia cerrada y abierta:

Es importante conocer las diferencias entre ambas técnicas, para que cuando nuestro cirujano evalúe nuestro caso, tengamos una base, entendamos los motivos y podamos charlar de forma enriquecedora.

• La principal diferencia es que con la rinoplastia cerrada, no existe una cicatriz exterior, algo que si se produce en la abierta.
• La magnitud de las intervenciones es totalmente diferente, siendo en la rinoplastia abierta mucho más graves los problemas que en la cerrada.
• Por regla general en la rinoplastia abierta se utiliza anestesia general, en la cerrada se es mucho más flexible en la elección.
• En la rinoplastia cerrada, se corren menos riesgos que en la abierta, ya que la técnica es menos compleja.
• Cuando el cirujano decide utilizar la rinoplastia abierta, tiene mucho más campo de visión y puede trabajar más en profundidad que en la cerrada.

En definitiva, la rinoplastia, en cualquiera de sus dos métodos, puede ser la solución que usted está buscando en caso de sufrir algún problema en su nariz, tanto estético como de salud, y sin duda le animamos a que acuda a un especialista, pero poniéndose siempre en manos de profesionales de confianza.

Los resultados son muy satisfactorios, y muchos pacientes, llegan a afirmar que esta intervención estética a cambiado su vida, eliminando complejos y vergüenzas, que muchas veces pueden dificultar las relaciones sociales si no tenemos suficiente auto-confianza, algo que no debería ocurrir nunca, y a lo que los avances médicos han puesto solución.

Si finalmente nos decantamos por llevar a cabo un tratamiento, como puede ser la rinoplastia, en el cual un profesional debe estar presente para no tener sorpresas indeseadas a la hora de la recuperación. En los centros y clínicas especializados encontraremos las instalaciones en las mejores condiciones con las que podremos asegurarnos unos resultados satisfactorios. A la hora de responder nuestras dudas o disipar nuestros temores los profesionales nos mostrarán su ayuda para que nuestra propia seguridad.

Os invitamos a consultar siempre un especialista para conocer cual es la mejor forma de lograr un aspecto nuevo en nuestra nariz, saber si la rinoplastia abierta ofrece mejores resultados que la cerrada o si por el contrario somos los candidatos ideales para este tipo de cirugía.

Dependiendo del tipo de cirugía que necesitemos los resultados variarán, pero no debemos preocuparnos por esta faceta, que le corresponde a nuestro cirujano.